Anarquismo

La cooperativa de producción industrial Rudloff; o cuando la autogestión es la solucion.

(Publicado originalmente en Acracia Nº 33 agosto 2014).

“El trabajo es el ejercicio útil. Útil, entiéndase, no sólo para el sujeto que lo ejecuta, sino también para sus semejantes; útil para aquél en lo que afecta a su organismo por la satisfacción de la necesidad de ejercicio, y útil también por lo que atañe a la economía individual y social, a la alimentación, al abrigo, al vestido, etc… El trabajo es necesario para vivir. Si lo es, sin duda alguna; es necesario individual y socialmente, como derivación de las necesidades fundamentales de alimentarse, de vestirse, etc”.

Ricardo Mella.

 

 Afiche sobre la Cooperativa de producción industrial Rudloff en 1970 .
Afiche sobre la Cooperativa de producción industrial Rudloff en 1970 .

Los años sesenta son tiempos difíciles para la fábrica de calzados Rudloff, la centenaria fábrica Valdiviana atravesaba tiempos difíciles tras el desastre del terremoto. Los onerosos prestamos hechos por los capitalistas de la zona centro, terminaran por rematar buena parte de la industria local. La Rudloff sobrevive apenas, La familia dueña tiene escaza solvencia, se acumulan las deudas, y se tienen problemas para pagar los sueldos. No obstante ello los y las trabajadoras de la Rudloff realizaran un esfuerzo descomunal para seguir trabajando a pesar de las onerosas condiciones.
Valdivia atravesaba una aguda crisis económica producto de la destrucción y pérdida de cientos de metros de instalaciones industriales. Hacia finales del 67´y 68´ los obreros ocuparán en repetidas oportunidades las instalaciones de la fábrica como medida de presión. Hasta que los Rudloff se declaran en quiebra, entonces se convoca una junta de los acreedores que deciden poner en remate las instalaciones, sin embargo los y las trabajadoras de la Rudloff tendrían la última palabra.
Los y las trabajadores eran protagonistas de las más antiguas y duraderas organizaciones de los trabajadores valdivianos junto a curtidores y talabarteros, juntos, todos estos integraban el gremio del cuero, dentro de las ramas industriales de la región, entre las que encontramos también los gremios fluviales, fundidores, etc. Estos organizaron las primeras Sociedades de Socorros Mutuos (de zapateros, curtidores, talabarteros y cascaradores), También fundaron las primeras bandas obreras que animaban los mítines de los primero de mayo por ejemplo. Y también los primeros clubes deportivos obreros; como el Unión Zapateros y el Unión Curtidores. Si bien es difícil establecer una filiación política totalizante, más bien encontramos en esta cierta flexibilidad y rasgos cambiante con la sucesión de los años, sin embargo entre estos encontramos las primeras organizaciones de estructura anarcosindical, no estamos diciendo que todos en la Rudloff fueron anarcosindicalistas, lo que insinuamos es que la estructura que se dio entre los trabajadores lo era, sus mecanismos de toma de decisiones por democracia directa y mayoría simple, venía a impedir directamente el desarrollo de estructuras autoritarias y largas y calurosas fueron las polémicas respecto de aceptar sindicalistas afiliados a partidos políticos.
Para la región chilena el mutualismo fue la primera expresión del sindicalismo, que luego evoluciono en forma y estructura a lo que se denomina como sindicato. A nivel nacional formarían la Unión Industrial del Cuero (UIC) que sería el antecedente a la poderosa Federación de Obrera Nacional del Cuero y Calzado (FONACC) que junto a Calzados Weiss y la Curtiembre Stolzenbach formaría la sección local. Si bien esta en términos números, no era de las más relevantes a nivel nacional, tenía su gran fortaleza en los mecanismos de solidaridad y lucha que establecían las distintas secciones. La estructura anarcosindical tuvo un éxito cierto no solo entre los trabajadores del cuero y calzado, también entre los de Imprenta y la construcción en general. Los obreros de la Rudloff establecerían fuertes lazos asociativos entre ellos y junto a muchos otros sindicatos de la FONACC. Ahora bien, hasta estos tenían un rasgo interesante de hacer notar, por ejemplo respecto a la huelga general (Principal medio del sindicalismo revolucionaria), no será para la FONAAC ni un camino, ni un método, comprendían perfectamente bien que debido a la gran cantidad de sindicalistas partidarios vendidos y otros tantos legalistas, poco o nada podrían hacer en ese camino, por lo que la FONACC desarrolló la estrategia de los paros escalonados, es decir que por ejemplo cuando se entraba en un periodo de luchas y reivindicaciones, solo la iniciaba una sección, mientras que todas las otras destinaban los fondos a quienes se encontraban luchando, hasta que se ganaba, y luego continuaba la otra sección con las demandas de ellos, esto hasta lograr el convenio colectivo, que les permitió negociar como ramo del cuero y calzado directamente con los industrialistas. Dentro de los congresos de esta misma, siempre se encontraban tópicos sobre el control obrero del mismo como horizonte de estos. Sin embargo insisto, en el seno de la misma convivían Cristianos, Socialistas, Comunistas, Trotkistas, Anarquistas e indiferentes, sin embargo siempre se pudo manejar prudentemente las intromisiones partidistas al interior de la misma, esto hasta la llegada de la CUT, cuando la intención de unidad de algunos, se transformó en la forma de manipular de los partidistas de izquierda, aun así la FONACC gozo de cierta dignidad propia.
Hacia 1967, las relaciones entre los dueños, la junta acreedora y los trabajadores de la Rudloff se encontraban en un punto muerto. Los trabajadores exigen que no se les quite su fuente de trabajo, mientras que los acreedores solo quieren dinero. La iglesia Católica intenta mediar en el conflicto, en pleno gobierno de Frei. El conflicto estallará finalmente hacia el año 1968 cuando los sueldos impagos y la escasa solvencia de los Rudloff hizo pensar lo peor, la industria seria puesta en remate, a cargo de una comisión de cinco abogados, pero de acuerdo a don Pedro un vecino del sector y extrabajador de la misma, esta nunca se realizó, ya que los trabajadores formarían su propia junta, la de gestión industrial, nos explica “…Pero llegaron al acuerdo de entregarles la fábrica a los trabajadores, para que pudieran seguir trabajando, como forma de pago, porque eso al final tienen salir prácticamente a remate, entonces esta se pagaría con parte del trabajo producido por los propios trabajadores que se podrían hacer cargo de la misma. Los acreedores formaron una junta de liquidadora, pero entonces aceptaron una oferta que le hicieron los obreros de Rudloff constituidos en una cooperativa para evitar ellos una cesantía, por cierto eran unos 150 obreros una cosa así, para evitar la cesantía ofrecieron hacerse cargo de la gestión industrial y seguir trabajando los zapatos, y bueno, esta junta que había recibido por parte de los Rudloff, aquí tienen sus máquinas, la fábrica, haga lo que quieran con ella y dense por pagados, dijo. Y claro esa era la situación, con eso Rudloff pagaba sus deudas, la junta recibía esto, pero su vez le entregaba la gestión industrial a la cooperativa esta, y la cooperativa siguió trabajando, y trabajó hasta el año 77 me parece, 78, una cosa así en que quebró la cooperativa”.
Gracias a la audacia de los y las trabajadoras, profundos conocedores de los procesos propios de la industria y de los tiempos se pasó la fábrica a manos de los trabajadores, por medio de la fórmula legal de la cooperativa de trabajo Rudloff, consiguiendo reflotar la industria durante el año 1970, esta cooperativa “…hacia botas al ejército, también botines de seguridad a SAESA Y Enap, le hacía todo el calzado a Junaeb, incluso debía trabajarse a veces días sábados y domingos para poder cumplir con los pedidos que en este paso requieran los clientes”. El cierre de la misma no se debió tanto por la ineficacia de los trabajadores en autogestionar la industria, sino más bien en el cambio de la regulación político-económica del país, que viró bruscamente a partir del año 1976 con la introducción de las reformas neoliberales de la dictadura militar, liquidando toda manufactura nacional por la introducción masiva de productos chinos que exterminando la industria del calzado.

Cristian Del Castillo